1.- La Creación vista desde la Ciencia.
- ¿Sabías que...? El primero en proponer la teoría del Big Bang (la Gran Explosión) para explicar el origen del universo fue el sacerdote jesuita y matemático Georges Lemaître y no, como creen muchos, el físico Georg Gamov. A su teoría la denominó Hipótesis del Átomo Primitivo.
- ¿Sabías que...? Viajamos por el espacio en una astronave, la Tierra, a una velocidad que supera los 100.000 km/h. ¿A que resulta increíble que no nos "estampemos" contra nada?
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"Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas" (Génesis 1, 1-2).
El primer capitulo del libro del Génesis nos narra la creación de luz, cielo, tierra, aguas, animales de toda especie y todo ser viviente en la faz de la tierra en un marco de siete días:
"Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla. Llamó Dios a la luz «día» y a la tiniebla llamó «noche». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero" (Génesis 1, 3-5).
"Y dijo Dios: «Exista un firmamento entre las aguas, que separe aguas de aguas». E hizo Dios el firmamento y separó las aguas de debajo del firmamento de las aguas de encima del firmamento. Y así fue. Llamó Dios al firmamento «cielo». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo" (Génesis 1, 6-8).
"Dijo Dios: «Júntense las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezca lo seco». Y así fue. Llamó Dios a lo seco «tierra», y a la masa de las aguas llamó «mar». Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: «Cúbrase la tierra de verdor, de hierba verde que engendre semilla, y de árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra». Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero" (Génesis 1, 9-13).
"Dijo Dios: «Existan lumbreras en el firmamento del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años, y sirvan de lumbreras en el firmamento del cielo, para iluminar sobre la tierra». Y así fue. E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche; y las estrellas. Dios las puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche y para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto" (Génesis 1, 14-19).
"Dijo Dios: «Bullan las aguas de seres vivientes, y vuelen los pájaros sobre la tierra frente al firmamento del cielo». Y creó Dios los grandes cetáceos y los seres vivientes que se deslizan y que las aguas fueron produciendo según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Luego los bendijo Dios, diciendo: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad las aguas del mar; y que las aves se multipliquen en la tierra». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto" (Génesis 1, 20-23).
"Dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según sus especies: ganados, reptiles y fieras según sus especies». Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó.
Dios los bendijo; y les dijo Dios: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra».
Y dijo Dios: «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla: os servirán de alimento. Y la hierba verde servirá de alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra y a todo ser que respira». Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto" (Génesis 1, 24-31).
"Así quedaron concluidos el cielo, la tierra y todo el universo. Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de toda la obra que Dios había hecho cuando creó.Esta es la historia del cielo y de la tierra cuando fueron creados" (Génesis 2, 1-4).
Otras actividades posibles:Actividad 1: Reflexión compartida. Actividad 2: Hacer una tabla con los siete días de la creación.Actividad 3: Diseñar cartas (Creación y días de la semana). Volveremos a utilizarlas más adelante.Actividad 4: Realiza un collage sobre la creación en un folio A4, a partir de imágenes de revistas o descargadas de Internet.
La Creación según la Biblia.
"Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas" (Génesis 1, 1-2).
"Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Pasó una tarde, y pasó una mañana" (Génesis 1, 31a).
«¡Tú eres el único Señor! Tú hiciste el cielo, el cielo de los cielos y todas sus estrellas, la tierra y todo cuanto hay en ella, los mares y todo lo que contienen. Tú das la vida a todo y todos los astros del cielo te adoran» (Nehemías 9, 6).
- Salmo 104, 24-25
- Salmo 33, 5
- Salmo 19, 1
- Salmo 96, 11-12
- Isaías 45, 18
- Salmo 135, 6
- Salmo 145, 9
- Job 41, 11
- Carta de San Pablo a los Efesios 2, 10
- Apocalipsis 4, 11
Salmo 148
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor, porque él lo mandó, y existieron. Les dió consistencia perpetua y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra, cetáceos y abismos del mar, rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,árboles frutales y cedros, fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra; él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido.
De barro - Enrique Guzmán
Con solo barro los formó
en la Creación perfecta.
Con sus dos manos los modeló,
les dió la forma correcta
y así fue que la Creación
llego a su culminación.
Ha creado a un hombre
y por compañera una mujer, uouoh, uouoh, una mujer.
Con solo barro los formó, oh el gran maestro
de perfección su obra plasmó,
volvió su amor al nuestro.
Y de noche le agradeceré, y de día también lo haré
¡Qué grandioso que es!! Y con sólo barro nos formó...
Déjame decirte qué pasó:
ha creado, ha creado a una mujer, uouoh, uouoh, una mujer...
A aquel barro la vida, el alma, el amor le dió;
un mundo entero les construyó,
no hay temor a qué pasará
sé que Él por mí vendrá
y así fue que la Creación
llegó a su culminación.
Ha creado a un hombre
y por compañera una mujer, uouoh, uouoh una mujer...
4.- Nuestra responsabilidad en la Creación.
La dignidad de la persona humana (Doctrina Social de la Iglesia).
"Desaprender la guerra" es otra de esas maravillosas canciones de Luis Guitarra. Con ella se pueden trabajar aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia como el concepto de paz, la promoción de este valor, o la relación entre justicia y paz. En la ficha se remite a varios pasajes del Compendio de DSI en los que podemos encontrar "sintonías" con la letra de la canción.
En la web de Luis Guitarra se puede adquirir un material didáctico amplio y muy cuidado para trabajar la canción, y un espacio para compartir experiencias didácticas a partir del videoclip oficial:
DESAPRENDER LA GUERRA
Desaprender la guerra, realimentar la risa,
deshilachar los miedos, curarse las heridas.
Difuminar fronteras, rehuir de la codicia,
anteponer lo ajeno, negarse a las consignas.
Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.
Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas,
indemnizar al alma, sumarse a la alegría.
Humanizar los credos, purificar la brisa,
adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida.
Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.
Desaprender la guerra, curarse las heridas.
Desaprender la guerra, negarse a las consignas.
Desaprender la guerra, rodearse de caricias.
Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia.
Desaprender la guerra, sumarse a la alegría.
Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida.
¿Sabías que...?
- Viajamos por el espacio en una astronave, la Tierra, a una velocidad de 107.219 km/h. ¿A que resulta increíble que no nos "estampemos" contra nada?
1.2.- Hombre y mujer, imagen de Dios.
Sesión 4
Lectura [Gn 1, 26-2, 3]
Act 1.2 A medida que se va leyendo el texto se van apuntando las palabras que para ellos están definiendo al ser humano. Después las comentaremos.
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 64.- ¿Por qué ha creado Dios al hombre como varón y mujer?
Dios, que es amor y el prototipo de comunión, ha creado al hombre como varón y mujer para que conjuntamente sean imagen de su esencia. [369-373, 383]
Dios ha hecho al hombre de modo que sea varón o mujer y anhele la plenitud y La totalidad en el encuentro con el otro sexo. Los hombres y las mujeres tienen absolutamente la misma dignidad, pero expresan en el desarrollo creativo de su ser varón o mujer diferentes aspectos de la perfección de Dios. Dios no es varón ni mujer, pero se ha revelado como padre (Le 6,36) y como madre (Is 66,13). En el amor del varón y la mujer, especialmente en la comunión del matrimonio, donde varón y mujer se hacen «una sola carne» (Gen 2,24), los hombres pueden intuir algo de la felicidad de la unión con Dios, en la que cada hombre encuentra su plenitud definitiva. Así como el amor de Dios es fiel, también el amor del varón y la mujer busca ser fiel; y este amor es creador al modo de Dios, porque del matrimonio brota nueva vida.
Museo Virtual de la Biblia - Sala 1
Museo Virtual de la Biblia - Sala 2
Cuestionario "Libros vivos" sobre la Biblia
Museo Virtual de la Biblia - Sala 2
Cuestionario "Libros vivos" sobre la Biblia
Ampliación.
¿Cómo tuvieron descendientes Adán y Eva? ¿Mediante relaciones incestuosas?
Responde Filippo Belli, profesor de Teología bíblica en la Facultad Teológica de Italia Central y otros autores.
La Biblia no explica cómo se desarrolló la descendencia de Adán y Eva. Sabemos que Adán y Eva tuvieron muchos hijos (Génesis 5, 4), los primeros Caín y Abel (Génesis 4, 1-2) y conocemos también el hecho del fratricidio (Génesis 4, 3-16) que llevó a una descendencia de Caín (malvada e irreligiosa; Génesis 4, 17-24) separada de la descendencia de Set (buena y religiosa; Génesis 5, 6-32), el hijo “elegido” por Dios (Génesis 4, 25-26 y 5, 3-4) para sustituir a Abel, del que después se llegará hasta Noé y el diluvio.
¿Cómo se engendró esta descendencia? Ha habido muchas hipótesis variopintas, y todas se encuentran con el problema del incesto (relaciones sexuales entre hermanos), fruto de una interpretación literal de la Biblia. Afortunadamente, los dos últimos siglos de estudios de la Biblia nos permiten comprender algunas cosas sobre ella que ayudan a resolver dificultades como esta.
Sobre cómo se produjo la descendencia de Adán y Eva, hay que decir dos cosas:
A1.- Sobre el género literario empleado.
El género literario utilizado en los primeros capítulos del Génesis (Gn 1-11) no permite considerar la narración como una historia real. No podemos pretender que estos capítulos sean la crónica de los primeros años de la historia humana. Su redacción escrita, procedente de fuentes orales, tuvo lugar alrededor de los siglos VI-V a.C. La intención de los autores no era hacer historia, sino contar verdades fundamentales para la relación del hombre con Dios.
Pero el género literario tampoco corresponde a una mitología, aunque utilice un lenguaje mítico. Lo explicaba así San Juan Pablo II: «El término “mito” no designa un contenido fabuloso, sino simplemente un modo arcaico de expresar un contenido más profundo» (Catequesis del 7/11/1979). La comparación más clara podríamos hacerla con las parábolas de Jesús: utilizan un lenguaje que recuerda al de los "cuentos" y no son relatos históricos, sin embargo, expresan de un modo magistral cuál es la verdad de las cosas, y la enseñanza que Jesús quería transmitir a la humanidad.
En los primeros capítulos del Génesis sucede lo mismo: son textos que proclaman la relación particular que Dios mantiene con su creación.
A2.- Los textos sagrados no recogen detalles menores.
Cuando la Biblia no especifica y no da detalles, no es por error, sino en coherencia con el estilo narrativo que estos relatos utilizan. Porque las Escrituras no se han redactado bajo la inspiración de Dios para satisfacer nuestra curiosidad, sino para hacernos crecer y actuar en la voluntad de Dios. Por eso, no nos da detalles cobre cosas como a qué edad tuvo la Virgen a Jesús, o qué hizo éste en los primeros 30 años de su vida, etc.
Los textos como Génesis 1-11 contienen la verdad sobre el proyecto de Dios hacia la creación y el hombre y sobre la Caída y sus consecuencias, y esta es la verdad que hay que buscar. La realidad es que la Biblia no da respuesta a esto, ¡porque ni siquiera se plantea el problema!
Lo que sí dice la Bíblia es que Adán y Eva tuvieron muchos hijos e hijas, aparte de Caín, Abel y Set. “Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas” (Génesis 5,4).
Hay dos formas principales de enfocar una posible respuesta: adoptando una interpretación literalista del relato del Génesis, o realizando un acercamiento más figurativo a la narración.
1.- Interpretación literal, no compatible con lo explicado anteriormente.
La primera opción implica sostener que Adán y Eva fueron creados por Dios como adultos directamente y de una forma que llamaríamos milagrosa, que sus hijos mantuvieron relaciones entre sí, y gracias a que vivían muchísimos años, y con la ayuda de Dios, pudieron poblar la tierra en un período relativamente corto. Esta posición se sitúa, en general, como contraria a la Teoría de la Evolución, y encuentra objeciones como el registro fósil. También hay quien, desde la interpretación literal, admite la Teoría de la Evolución afirmando que sólo los animales evolucionaron, pero el ser humano fue creado directamente por Dios, como relata el Génesis, y lo que parecen ser antepasados del hombre, sólo corresponderían a especies de primates que se extinguieron.
Aunque esta opción es admisible para un católico, no parece la más respaldada hoy en día.
2.- Interpretación no literal.
El autor del Génesis (Moisés, según la tradición) no está preocupado de realizar una exposición científica o una crónica histórica de los orígenes de la humanidad, sino de mostrarnos la posición del hombre en el mundo, y cuál es el tipo de relación que Dios quiere que mantengamos con él.
«El relato de la caída (Gn 3) utiliza un lenguaje hecho de imágenes, pero afirma un acontecimiento primordial, un hecho que tuvo lugar al comienzo de la historia del hombre (cf. GS 13,1)», Catecismo de la Iglesia Católica, 390.
Así pues, el Génesis puede ser interpretado para admitir una secuencia de eventos que no entra en contradicción con lo que la ciencia nos muestra acerca de los orígenes de la especie humana.
Por ejemplo, cuando el autor sagrado escribe que “Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente” (Gn 2,7) podemos ver un componente natural (polvo) y otro sobrenatural (aliento de vida) que conforman al hombre, y que el primero de ellos puede referirse a la creación del cuerpo humano mediante un lento proceso evolutivo, del cual habrían formado parte especies de primates similares al mono. En este esquema, es imperativo afirmar que el elemento espiritual de Adán y Eva fue creado directamente por Dios, ya sea al momento de la concepción o en una etapa posterior del desarrollo de ese individuo. A un homínido Dios le daría alma.
La biología evolutiva no tiene nada que objetar a esta posibilidad, porque su campo de estudio es el cuerpo del ser humano, y no puede decir desde cuándo existe la conciencia (o el lenguaje, o el arte, o la razón) o cómo llegó a crearse. La arqueología, en tanto, ha encontrado evidencias de manifestaciones culturales muy antiguas, como pinturas y rastros de ritos funerarios, pero más allá de eso, la ciencia ignora casi todo acerca de los primeros humanos que realmente pudieron llamarse tales.
Finalmente, respecto a la forma en que se pobló el mundo después de Adán y Eva, existen diversas posibilidades, como que los hijos de Adán y Eva se hayan apareado con seres similares a los humanos pero sin alma racional, o que hayan mantenido relaciones entre hermanos en un momento en el que, habiéndose instalado ya el pecado en el mundo, los seres humanos debían ser progresivamente iluminados por Dios para entender cómo han de conducirse sus hijos en esta vida. Otra hipótesis es que Dios dotara de alma a varias parejas de homínidos a la vez; el dogma del pecado original se puede mantener con la hipótesis de un primer grupo de varias parejas, aunque la narrativa bíblica hable de la Caída con una sola pareja. Sin embargo, el papa Pío XII parecía ver necesario que fuese una sóla pareja para mantener la doctrina del pecado original.
Por ejemplo, cuando el autor sagrado escribe que “Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente” (Gn 2,7) podemos ver un componente natural (polvo) y otro sobrenatural (aliento de vida) que conforman al hombre, y que el primero de ellos puede referirse a la creación del cuerpo humano mediante un lento proceso evolutivo, del cual habrían formado parte especies de primates similares al mono. En este esquema, es imperativo afirmar que el elemento espiritual de Adán y Eva fue creado directamente por Dios, ya sea al momento de la concepción o en una etapa posterior del desarrollo de ese individuo. A un homínido Dios le daría alma.
La biología evolutiva no tiene nada que objetar a esta posibilidad, porque su campo de estudio es el cuerpo del ser humano, y no puede decir desde cuándo existe la conciencia (o el lenguaje, o el arte, o la razón) o cómo llegó a crearse. La arqueología, en tanto, ha encontrado evidencias de manifestaciones culturales muy antiguas, como pinturas y rastros de ritos funerarios, pero más allá de eso, la ciencia ignora casi todo acerca de los primeros humanos que realmente pudieron llamarse tales.
Finalmente, respecto a la forma en que se pobló el mundo después de Adán y Eva, existen diversas posibilidades, como que los hijos de Adán y Eva se hayan apareado con seres similares a los humanos pero sin alma racional, o que hayan mantenido relaciones entre hermanos en un momento en el que, habiéndose instalado ya el pecado en el mundo, los seres humanos debían ser progresivamente iluminados por Dios para entender cómo han de conducirse sus hijos en esta vida. Otra hipótesis es que Dios dotara de alma a varias parejas de homínidos a la vez; el dogma del pecado original se puede mantener con la hipótesis de un primer grupo de varias parejas, aunque la narrativa bíblica hable de la Caída con una sola pareja. Sin embargo, el papa Pío XII parecía ver necesario que fuese una sóla pareja para mantener la doctrina del pecado original.
Fuentes: