miércoles, 13 de mayo de 2015

Rel1 B2 Las esclavitudes en el ser humano

El hombre que se aleja de Dios porque cree que así será libre acaba siendo esclavo. Las posibilidades son muchas: las drogas, los juegos de azar, la bebida, el consumismo, los vieojuegos, la pornografía, la comida, el sexo, las redes sociales...

La industria pornográfica mueve más dinero en el mundo que cualquier otra. Su consumo llega a cifras inimaginables. Es tal el consumo de pornografía que hablar sobre la misma abiertamente ya ni siquiera produce vergüenza o algún tipo de pudor como antes. Es tocado en casi todos los ambientes en los que nos desenvolvemos. La pornografía es como un cáncer que avanza silencioso y va contaminando nuestras vidas sutilmente. Incluso ha empezado a ser aceptada como un entretenimiento normal con el convencimiento de que no produce ningún efecto nocivo, ni en el que la consume ni en su entorno. Las evidencias científicas, sin embargo, demuestran que afecta a quien la consume, a sus familias, a los que manejan la industria, a los actores que se humillan y se dejan rebajar a un simple objeto sin dignidad y a la sociedad en general. ¡El consumo de pornografía es uno de los peores males que existen! Genera adicción con los consiguientes efectos nocivos de orden biológico, psicológico y espiritual que cualquier adicción genera. Produce cambios neurobiológicos en el sistema nervioso iguales a los que produce el consumo de sustancias adictivas como las drogas.

Dejar una adicción no es fácil, requiere de mucho esfuerzo y trabajo personal. Pero puede superarse, se puede salir de ahí. 

Si tu te encuentras esclavo de una adicción, ¡sal de ahí lo más rápido que puedas! Empieza revisando y compartiendo estos pasos que son claves en el proceso de lucha contra cualquier adicción:

1. Acepta que tienes un problema y toma la decisión de salir de ahí.
Si quieres ser libre has de tomar tú las decisiones. Nadie decidirá por ti. Aceptar a conciencia que tienes un problema que afecta seriamente tu vida y la de los que están en tu entorno, es un acto de valentía. Sé fuerte y acepta que esto te está afectando a ti y a los que más amas. Toma la decisión de empezar a acabar con ese vicio.

2. Busca a alguien que te pueda escuchar y ayudar.
Si ya sabes que tienes un problema, ¡sal a buscar ayuda! Un consejero, un familiar, un sacerdote, un psicólogo, un profesor... son personas que pueden ayudarte a entender lo que te pasa; te guiarán y te acompañarán en este camino que es difícil. Recuerda: no estás solo.

3. Frecuenta los sacramentos y la oración. Dios puede liberarte.
La gran ayuda siempre vendrá de quién más te ama. Busca a Dios. Luchar sin Dios no tiene sentido. Frecuenta el Sacramento de la Reconciliación una y otra vez. Ora fervientemente. Para esto un consejero espiritual o un sacerdote con quien tengas confianza serán tus mejores aliados.

4. Ocupa tu tiempo, ¡hay mil cosas geniales por hacer!
No te quedes quieto. cambia tu ambiente cotidiano y ocúpate en actividades diferentes. Mantén tu día ocupado en cosas como el estudio, el deporte, pasar tiempo con otras personas. Crea nuevos hábitos y nuevas rutinas para que, cuando regreses a tus actividades cotidianas no recaigas en tu adicción.

5. Fortalece tu voluntad.
Ejercitar la voluntad en todos los aspectos de tu vida es crucial. Practica el ayuno, la mortificación y la disciplina. Crecerá así tu virtud de la Templanza que te capacita para el autodominio. 

6. Pon los medios necesarios.
Empieza destruyendo y deshaciéndote de todo aquello que te lleva a tu adicción. Dispón de "filtros" o "impedimentos" que te dificulten el acceso a ello. Identifica las ideas y conductas que te arrastran a  tu adicción y combátelas.

7. Realiza un compromiso para cumplir lo acordado. El compromiso conlleva una decisión de liberarte de tu adicción y unos pasos a seguir para combatirla. Debe ser hecho por uno mismo y ante la persona que te acompaña en el proceso. Cumple tu palabra.

8. Lee y fórmate.
Apasiónate por saber quién eres y para qué has sido hecho. Estudia, cultívate, aprende sobre ti mismo, sobre tu espiritualidad, sobre las virtudes y como te ayudan a progresar como persona. Entender esto te ayudará mucho. 

9. No bajes la guardia... y si caes, ¡levántate!
La lucha por la libertad y la pureza dura toda la vida. Si existe una caída, vuelve y levántate otra vez



Además, frente a las adicciones relacionadas con la sexualidad deberías tener en cuenta estos consejos:

S1. Acepta que lo que anhelas es poder amar de forma libre, total, fuerte y fecunda.
Tal vez caíste en tu adicción por curiosidad, porque todos lo hacían. La adicción te enganchó porque tenías vacíos en tu vida que querías llenar… tal vez amor… y, encontraste sólo un placer deformado. Si buscas amor recuerda que el amor es libre, total, fuerte y fecundo. Las adicciones no pueden estar más lejos de estas ideas. Te has vuelto su esclavo: egoísta, débil y desleal. Detente y ponte a pensar qué es lo que te está aportando y en qué te está convirtiendo tu adicción.

S2. Entrégate a los demás. El amor transforma y fortalece nuestro corazón.
Las adicciones relacionadas con la sexualidad tienen que ver con el aislamiento, el egoísmo, la esclavitud. Busca actividades que te pongan en contacto con los demás, que te permitan abrirte a la sociedad por medio de la ayuda y la solidaridad. Esto te abrirá un mundo nuevo y comenzarás a saber lo que significa realmente amar.