En una entrevista concedida a ACI Prensa el 31 de octubre, Valter Cascioli, médico psiquiatra y portavoz de la Asociación Internacional de Exorcistas, ofreció seis consejos para evitar las asechanzas del demonio.
Cascioli recordó que el demonio es real y la Biblia lo recoge hasta en 118 citas, 34 en el Antiguo Testamento y 84 en el Nuevo Testamento, donde el diablo aparece con distintos nombres como Satanás, el Maligno, o el Príncipe de este Mundo.
A partir del Nuevo Testamento, Cascioli explica que el exorcismo “es un ministerio de consolación y de liberación” que “nos lo delegó Jesús a través de los apóstoles, a los discípulos, y en la sucesión apostólica a los obispos y a los sacerdotes que ellos nombran, los sacerdotes exorcistas”.
“La tarea es la de proteger de la influencia del maligno y liberar a esas personas que son víctimas”, añade.
Cascioli asegura que para mantener lejos al demonio, los cristianos deben vivir la propia fe, estar en gracia de Dios, seguir el magisterio de la Iglesia Católica y vivr los Diez Mandamientos, pero además, afirma que se pueden seguir “unas simples reglas” que pueden ayudar mucho:
1. Convertirse a Cristo: “Cambiar de vida, quien vive en el pecado debe decidirse por Cristo”.
2. Confesarse: “No hay sacramento más importante que el de la confesión, la reconciliación, el perdón. Hay muchas personas que viven de las consecuencias del mal a causa del no perdón”.
3. Participar en la celebración de la Eucaristía: “Aconsejamos a todos a vivir una vida sacramental, y después de la confesión es necesario el sacramento de la Eucaristía dentro de la celebración eucarística”.
4. Hablar con Dios. La oración es muy importante, porque atrae la gracia de Dios y protege de muchas cosas.
5. Profundizar en nuestra fe con la comunidad cristiana. Cascioli explica que las personas en dificultad deben hacer un camino de fe dentro de la Iglesia, y seguir una comunidad o un movimiento eclesiástico. “Nosotros citamos uno: Renovación Carismática Católica, que cuenta con más de 100 millones de personas”.
6. Alejarse del pecado es alejarse del diablo. “Demasiadas personas vienen a nosotros porque tienen miedo del diablo, pero no tienen miedo del pecado, no se protegen. Por eso es fundamental evitar estas consecuencias nefastas, físicas, psicológicas, morales y espirituales”.
El experto explicó que muchas personas sufren durante años antes de ser liberadas del maligno. “Cuando vemos que se convierten a Cristo, cuando confiesan sus pecados, cuando toman distancia de una vida desordenada, es cuando consiguen liberarse, la serenidad y la paz vuelven a ellos y se curan”, y “si estas reglas fueran aplicadas podrían ayudar a muchas personas”.
El experto afirma que el aumento de estos fenómenos obedece a la disminución de la fe en la sociedad y al aumento del interés y las prácticas relacionadas con el mundo del esoterismo, ocultismo y satanismo.
Sobre la extendida celebración de Halloween la noche previa a la Fiesta de Todos los Santos, Cascioli explica que esa noche esconde una problemática muy seria bajo la ridiculización de la muerte.
“No sé si todos conocen la realidad detrás del ‘truco o trato’ de Halloween… Se convierte en un pretexto para atraer a los jóvenes en fiestas donde por desgracia haría mucho bien alejarse”.
“Para los ocultistas y los satanistas –afirma-, la noche del 31 de octubre es precisamente una ocasión propicia para cumplir ritos mágicos, sacrilegios, profanaciones de cementerios y maleficios, porque en este día se celebra el fin de año satánico. Razón por la que se hacen misas negras, ritos de adoración, de iniciación y de consagración a Satanás”.
Por último, el experto señala que aunque la Asociación Internacional de Exorcistas está formada por 250 exorcistas, existen muchos más en el mundo. “Sabemos que en algunos países no tienen exorcistas; la actividad demoníaca y sus consecuencias están extendidas por todo el mundo. No es un fenómeno socio-cultural, está extendido en todo el mundo, y esto nos dice muchas cosas”.
El psiquiatra indicó que el número de exorcistas ha aumentado en los últimos años, aunque todavía existen países en el mundo que necesitan la presencia de estos. “Yo digo siempre que es una exigencia, se está convirtiendo en una emergencia pastoral porque está en aumento el número de molestias debido a la actividad demoníaca extraordinaria, posesiones y obsesiones con el demonio están en aumento, por tanto, se está convirtiendo en una emergencia pastoral y surge la necesidad de hacer frente a esta situación, especialmente gracias a la obra de los exorcistas”, concluyó.