El Domingo Mundial de las Misiones, el DOMUND, es el día en el que la Iglesia nos invita a ayudar a los misioneros. Es esta una llamada de atención sobre la responsabilidad que tenemos todos los cristianos en la evangelización y se nos invita a amar y a apoyar la causa misionera.
El Papa Pío XI, también conocido como “el Papa de las misiones”, tomó la iniciativa en el año 1926 de crear una Jornada Mundial de la Misiones para que se celebrase cada año (el penúltimo domingo de octubre) en toda la Iglesia universal, y así se hace desde entonces.
Así pues, desde hace 90 años, en cada comunidad cristiana, se hace memoria por estas fechas de la tarea evangelizadora de la Iglesia y se invita a los creyentes a incluirla como propia dentro de su compromiso de fe.
Así pues, desde hace 90 años, en cada comunidad cristiana, se hace memoria por estas fechas de la tarea evangelizadora de la Iglesia y se invita a los creyentes a incluirla como propia dentro de su compromiso de fe.
La Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, nace con la finalidad de dar a conocer toda la actividad misionera de la Iglesia, tanto en el compromiso evangelizador como en la colaboración en el desarrollo y promoción de los pueblos. Y en esta tarea estamos implicados todos los creyentes, por eso este es un día en el que se manifiesta claramente la "catolicidad" (universalidad) de la Iglesia.
Los misioneros dan a conocer a todos el mensaje de Jesús, especialmente en aquellos lugares del mundo donde el Evangelio está en sus comienzos y la Iglesia aún no está asentada.
Los misioneros son sacerdotes, religiosos, religiosas, y laicos enviados por la Iglesia a países donde aún no se conoce el Evangelio, para anunciarlo a quienes aún no han oído hablar de él. Así, muchos se encuentran con Jesús y se incorporan a la Iglesia por el Bautismo.
Al mismo tiempo, los misioneros desde sus parroquias son capaces de promover y llevar a cabo proyectos de todo tipo: educativos, sanitarios y de desarrollo social para los pueblos que atienden. No podría ser de otra manera ya que la mayor parte de los misioneros se encuentran en los países y barrios más desfavorecidos de la tierra.
Al mismo tiempo, los misioneros desde sus parroquias son capaces de promover y llevar a cabo proyectos de todo tipo: educativos, sanitarios y de desarrollo social para los pueblos que atienden. No podría ser de otra manera ya que la mayor parte de los misioneros se encuentran en los países y barrios más desfavorecidos de la tierra.