1.- Introducción.
- Dios busca a las personas.
- Dios desea nuestra felicidad.
- Dios nos ofrece la salvación.
2.- El pecado.
- El pecado original
- Los Sacramentos de la Salvación: El Bautismo.
3.- Dios sale al encuentro del ser humano.
Dios, por amor a todos los hombres, se va a dar a conocer a lo largo de la historia en diferentes momentos:
- En los orígenes. Manifiesta su amor mediante las cosas creadas.
- En la elección de un pueblo. Mediante su alianza con Abraham primero y más tarde con Jacob (Israel).
Dios llama a Abraham, el primero de los patriarcas, y le dará una tierra y una descendencia. Abraham fue padre de Isaac, Isaac fue padre de Jacob, Jacob tuvo 12 hijos que dieron origen a las 12 tribus de Israel. Los hijos de Jacob tuvieron que emigrar a Egipto para sobrevivir y allí se asentaron varias generaciones.
- En la liberación de Israel y la Alianza para hacerlo su pueblo. Por medio de Moisés y de Aarón, y los mandamientos con los que selló su Alianza en el Sinaí.
Jacob
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[Tribu sacerdotal] V
[Levitas] Amram - Yoquebed
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Aarón Míriam Moisés
Los israelitas permanecieron en Egipto 400 años. Al principio, los vivían pacíficamente, pero más tarde fueron hechos esclavos por el faraón de Egipto y utilizados como mano de obra para la construcción de las grandes obras públicas. De entre todos ellos Dios escogió a Moisés, y desde una zarza ardiente le comunicó que debería liberar al pueblo de la esclavitud de Egipto. Así, guiado por Moisés el pueblo fue liberado, celebraron la primera Pascua y caminaron por el desierto durante 40 años hasta llegar a la tierra prometida.
Moisés, Séfora y Jetró: encuentro en el desierto from Susana reli on Vimeo.
Moisés Zarza from Susana reli on Vimeo.
Moisés y Séfora viajan a Egipto from Susana reli on Vimeo.
Moisés y Séfora despedida from Susana reli on Vimeo.
La Pascua de Moisés from Susana reli on Vimeo.
Moisés en el desierto con el pueblo from Susana reli on Vimeo.
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La Pascua de Moisés from Susana reli on Vimeo.
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En el monte Sinaí, Dios le entregó a Moisés los 10 Mandamientos, con los que se sellaba la Alianza de Dios con los israelitas: "Vosotros seréis mi Pueblo y Yo seré vuestro Dios".
Al llegar a la Tierra Prometida, los israelitas la encontraron ocupada. Dios eligió a Josué como sucesor de Moisés, y lo puso al frente del pueblo. Después de muchos años de luchas se logró la conquista.
Cuando los hebreos se asentaron en la Tierra Prometida, distribuyeron el territorio en 12 partes, una para cada tribu (aunque la de Leví no recibió tierra por estar al servicio del templo, así que la de José quedó dividida en dos: la de Efraim, y la de Manasés). En cada tribu eligieron Jueces para gobernarlos y administrar justicia.
- En la formación del Reino y la presencia de los profetas.
Con el tiempo, los hebreos quisieron tener un rey que los gobernara a todos y Dios les eligió a Saúl.
Saúl
David
Salomón
Durante todo este tiempo, los profetas fueron los encargados de transmitir los mensajes divinos.
Los reyes hebreos son signo de que Dios es un rey justo y fiel a sus promesas. Sin embargo, los intereses de los reyes irán pervertiéndose al buscar toda su felicidad en la riqueza y el poder, instaurando un período de injusticias hacia el pueblo, especialmente hacia los pobres. Los profetas advertirán de este hecho y por eso serán perseguidos y odiados por los soberanos y por su pueblo.
Saúl fue el primer rey de los hebreos; fue sucedido por David, el gran rey de Israel que logró unificar toda la nación. David fue sucedido por su hijo, Salomón, que fue el rey que construyó el gran templo de Jerusalén.
Pero a la muerte de Salomón, Israel se dividió en dos: el reino del norte (Israel), y el reino del sur (Judá). Como consecuencia de esta división, los reinos quedaron empobrecidos y a merced de los grandes imperios vecinos.
Entonces aparecieron los grandes profetas que invitaban a la conversión. El reino de Israel terminó siendo destruido y arrasado por los asirios.
El Reino de Israel (el Reino del Norte) fue arrasado por los asirios y todos los israelitas fueron deportados a Nínive. Luego, el Reino de Judá (del sur) fue invadido y destruido por el imperio de Babilonia, y allí deportados todos los judíos.
Después de muchos años de destierro los judíos pudieron volver a su tierra, pero ya no como una nación independiente, sino como una provincia del imperio persa. Con mucha dedicación y esfuerzo, conducidos por Nehemías y Esdras, todos trabajaron en la reconstrucción de la ciudad y del Templo.
- La promesa de un Mesías. La felicidad del pueblo no es completa y la fe de los hebreos alimenta la esperanza de que un día llegará el Mesías como salvador definitivo.
Nehemías y Esdras, junto a todo el pueblo judío, trabajaron con mucha dedicación en la reconstrucción de la ciudad, y todos volvieron a leer el libro de la Ley.
Luego, Alejandro Magno derrotó al imperio persa y todos los territorios pasaron a estar en poder de los griegos. Los judíos soportaron la nueva dominación, pero se opusieron con fuerza a las costumbres religiosas que los griegos querían imponerles, y aparecieron figuras fuertes como Judas Macabeo.
Tiempo después los romanos arrebataron a los griegos sus dominios y construyeron un imperio que se extendió prácticamente a lo largo de todo el mundo conocido hasta entonces. El general Pompeyo fue quien conquistó Jerusalén y destruyó el Templo como signo de sometimiento y dominio (el Templo luego fue reconstruido).
- Jesús es el cumplimiento de todas las promesas. Dios mismo entra en la historia haciéndose hombre en la persona de Jesús de Nazaret. Sin embargo, será rechazado por la mayor parte de su pueblo porque no resultan ser como esperaban, ni por los soberanos, a los que no gustaban sus mensajes. Con la muerte de Jesús en la cruz se produce el distanciamiento más grande posible entre Dios y su pueblo. Pero su resurrección salvará la distancia para salvar a su vez al hombre.
Bajo el imperio romano se produjo el gran acontecimiento de la historia de la salvación: el Nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, el Salvador. Dios envió a su Hijo, y con Jesús ingresó la salvación en el mundo.