Quien entra en el blog de la española Olalla Oliveros podrá observar la gran belleza de esta modelo, la publicidad que ha realizado para marcas famosas, y un currículum como actriz bastante respetable: cine, obras teatrales, escenas en televisión, con papeles no de protagonista pero tampoco de “extra”. La anomalía está en su último post del 2 de marzo de 2010. Desde ese día es como si Olalla Oliveros hubiera "muerto" para el mundo del espectáculo para renacer al del Espíritu: “Dios me hizo un casting y me eligió: No pude decir que no”, cuenta la hoy religiosa.
Un viaje a Fátima que le causó un terremoto interior. A la vuelta no dejó de preguntarse qué era esa fuerza y esa paz que sentía, y no conseguía quitarse de la cabeza la imagen, que le parecía absurda, de sí misma vestida de monja. Después siguió la confesión con un sacerdote en Madrid e un camino de dirección espiritual. Y después Dios, que contaba con ella para su superproducción, hizo el resto.
Hoy lleva un sayal azul y un velo azul-amarillo, está consagrada en una jovencísima y dinámica comunidad religiosa, la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, surgida en la diócesis española de Tui-Vigo y erigida canónicamente en 2009 como asociación pública de fieles. El suyo no ha sido el abandono de una carrera que no despegaba, sino todo lo contrario, como subraya su ex agente Mirella Melero, contando que Olalla acababa de obtener un papel importante en una película.